BISONTE
DE ALTAMIRA
En la cueva de Altamira,
población situada en las proximidades de Santillana del Mar, región
de Cantabria, se encontraron en el año 1879 pinturas rupestres.
Fueron encontradas por María Sautola, hija de Marcelino Sanz de
Sautola. Un descubrimiento histórico-artístico anónimo de primer
orden ya que son las primeras manifestaciones pictóricas de nuestros
antepasados. Estas obras se datan entre 15000 – 12000 a.C,
perteneciendo al período Magdaleniense III.
Dicha cueva , mide
270m desde la entrada hasta el fondo, donde se pueden distinguir dos
zonas :
-Sala de la entrada donde
desarrollaban la vida los hombres primitivos.
-Sala de las pinturas, la cual
se califica como “Capilla Sixtina”, del arte cuaternario, por
contener la manifestación más extraordinaria del arte paleolítico.
Encontramos por toda la cueva
estas pinturas, pero sin lugar a duda, las más emblemáticas son las
que se encuentran en la “Capilla Sixtina” ya que si la pintura
rupestre de este período es el ejemplo de una gran capacidad
artística, la cueva de Altamira representa su obra más
sobresaliente. Estas pinturas siguen las características de la
“escuela francocantábrica”, caracterizada por el realismo de las
figuras representadas. Contiene
pinturas polícromas, grabados, pinturas negras, rojas y ocres que
representan animales, figuras antropomorfas, dibujos abstractos y no
figurativos.
Se destaca de estos murales que
no existen pinturas de humanos, sólo se aprecian animales como
bisontes, caballos, cabezas de toros. Sin embargo, encontramos el
contorno de manos y signos antropomorfos. Dibujaban lo que veían, un
simple objeto, nunca pretendían mostrar una escena a través de la
imagen.
La esencia de estas pinturas son
los bisontes, ya que hay gran abundancia de representaciones de este
animal. Hacían uso de las rocas caliza y porosas para que la pintura
penetrara mejor en la roca. Con sangre de los animales que cazaban,
la técnica grasa y aceite pintaban el interior del animal. De este
modo, conseguían colores ocres y rojos. El color negro del contorno
de las pinturas lo obtenían de los restos de las hogueras, el
carbón.
Pretendían dar el máximo
realismo posible, por este motivo buscaban rocas salientes y en ese
lugar dibujaban la parte delantera del animal, para dar un efecto
óptico de movimiento y profundidad. También detallaban mucho, para
ello usaban plantas o colmillos de los bisontes , con esto
perfeccionaban los ojos, patas incluso el pelo.
La función de estas
ilustraciones no está realmente aclarado, por este motivo hay
diferentes ideas. Según Herni Breuil, las creaban para procurar la
supervivencia y conseguir el dominio sobre el medio natural en que
vivía el hombre del Paleolítico. Otro autor como Laming,
introducían la idea que el arte del Paleolítico representado en
las cuevas indica el carácter de santuario del lugar que permitía
suponer un sistema religioso. También se cree que los retrataban
porque era lo único que les interesaba y lo querían conseguir. Y,
por otro lado, García Guinea opina que en aquellas paredes hay
gravado el misterio de la vida y la muerte.
Las ilustraciones de la cueva de
Altamira, son pinturas anónimas, las más antiguas que hemos podido
encontrar, y nos ha podido permitir conocer algunos detalles sobre la
vida de nuestros antepasados. Sólo dibujaban animales, nunca humanos
ni escenas, sin importarles la dirección de orientación del animal.
Buscaban representar la máxima realidad detallada, aprovechando los
relieves de las rocas.